Un mensaje ciudadano al Incae sobre su “Mensaje a la nación”

1 de Abril de 2020

Me ha llegado el “Mensaje a la nación” del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (Incae), firmado por su presidente, Roberto Artavia, y su rector, Enrique Bolaños Abaunza.  No conozco al Sr. Enrique Bolaños, más allá de saber quién es su padre, a quien respeto. Del Sr. Roberto Artavia tengo un vago recuerdo; creo que lo vi, aunque no lo traté, cuando hace muchos años, todavía un estudiante, trabajé en Incae. No puedo, por tanto, y porque no soy lector de almas, juzgar las intenciones de ambos a la ligera. Tampoco quiero discutir el papel del Incae en el engranaje del poder de la sociedad. Mi propósito en esta nota es reflexionar sobre el contenido del Mensaje. Intentaré hacerlo de la manera más sucinta y ordenada posible. 

Unámonos “todos”

El comunicado contiene dos partes.  La primera es un llamado a que los nicaragüenses enfrenten “unidos y de forma coordinada” la pandemia del Coronavirus, para lo cual habría que pensar en “salvar vidas y dejar a un lado diferencias de cualquier índole”.  

Estas son palabras hermosas, pero inaplicables; una proposición en la clave de “paz en la tierra a toda la gente de buena voluntad” de los ritos religiosos, pero que va más allá, y cae en la irrealidad, porque — ¿de verdad necesitan que se los recordemos? — en Nicaragua hay diferencias que no pueden dejarse de lado, ya que son precisamente las que causan muerte y las que amenazan al país con una devastación medieval ante la plaga. 

¿Cómo van a pedir que nos olvidemos de la diferencia entre hacer de la pandemia un carnaval, impulsando políticas que promueven contagio, y adoptar una política racional que lo combata?  Las “diferencias” que existen en Nicaragua no son las que existen entre gente de diferentes ideologías, sino las insoslayables que hay entre asesino y víctima, entre secuestrador y secuestrado. 

Al llamarnos a deponer nuestras “diferencias”, el Mensaje equipara injustamente, y sobre todo, alejado de la realidad, el papel y el poder de la dictadura Ortega-Murillo con el de los ciudadanos.  Señores Artavia y Bolaños: los ciudadanos no pueden “unirse” al “gobierno” para protegerse del Coronavirus.  Más bien han necesitado, y necesitan, desobedecerlo. Si no lo hacen, la política “sanitaria” del régimen causará un daño mucho mayor. 

En lugar de imprecar a los ciudadanos de esta manera, convendría al país, y a los millones de nicaragüenses cuyas vidas están en juego, que ustedes denunciaran por todos los medios, y con la urgencia que reclama la crisis, la conducta de la dictadura. 

En lugar de presentarle al mundo esta imagen de falsa equivalencia, de dos bandos que se agreden en medio de una crisis y necesitan “dejar a un lado sus diferencias”, deberían ayudar a que el mundo sepa que el pueblo de Nicaragua se encuentra solo, indefenso frente a un Estado que explota la pandemia para fines políticos y sin detenerse en el umbral del crimen.

¿Ayuda al pueblo financiar a la dictadura?

La segunda parte del Mensaje es una “solicitud a los organismos internacionales para que consideren liberar recursos ya comprometidos con el país para dedicarlos a las prioridades de la pandemia”. 

¿Y cuáles son esas “prioridades de la pandemia”? ¿Y quién las establece en el país? Señores, ¿no se han dado cuenta de que en Nicaragua reina (si, reina) una pandilla criminal, dirigida por una pareja de psicópatas, que son los únicos que deciden las “prioridades de la pandemia”?  Esas prioridades podrían resumirse en una: mantener el poder absoluto. De esta depende todo lo demás, y para esta harán lo que sea, sin los escrúpulos que generalmente frenan a los políticos, porque, señores Artavia y Bolaños, ustedes deben estar enterados de que quienes rigen el poder estatal en Nicaragua no actúan dentro de los márgenes de la psicología normal. ¿O no lo saben?  De tal manera que “liberar recursos ya comprometidos con el país” es simplemente darles dinero para que lo empleen en lo que interesa a Daniel Ortega, a Rosario Murillo y a su pandilla de sicarios: en mantener, a costa de lo que sea, su régimen de terror. 

Los pies sobre la tierra

Si viviéramos en un mundo sensato y justo, y dado que no se puede extirpar la pandemia si quedan focos, y que no se puede extirpar un país-foco del mundo, la solución sería que se desalojara de inmediato del poder, usando una fuerza internacional legal, a los criminales que propagan la epidemia; luego se enviarían ventiladores, medicinas, mascarillas, e incluso personal médico, a sofocar el brote y su expansión.  Pero no vivimos en un mundo así, y mucho me temo que lo único que puede hacer el pueblo nicaragüense es atrincherarse en sus casas de la mejor manera posible. No es dándole dinero a la dictadura que el mundo va a ayudar a mitigar los estragos de la pandemia.

Mensaje al Incae

La dictadura Ortega-Murillo, entiéndanlo por favor, señores Artavia y Bolaños, es enemiga irreconciliable del bienestar ciudadano, enemiga mortal; su actuación ante el Coronavirus lo demuestra.

En lugar de recomendar que los ciudadanos se “unan” a quien induce la muerte; en lugar de darle más poder a un gobierno criminal, dándole más recursos; en lugar de darle legitimidad como uno de dos “bandos” comparables en una lucha, sean fieles a la verdad y a la ética: denuncien la política sanitaria del Estado de Nicaragua como lo que es, como una estrategia en el mejor de los casos criminalmente negligente, y en el peor, intencionadamente genocida.

Quizás podrían ustedes, dado su entronque con el sector empresarial más rico del país, apelar a que estos den la cara y actúen de manera decidida, por dos vías. La primera es poner sus inmensos recursos (unos cuantos milmillonarios, ustedes lo saben, tienen una riqueza equivalente a mucho más de la mitad del producto interno bruto) al servicio de una campaña de mitigación de la pandemia. Les recuerdo lo dicho por el presidente de El Salvador recientemente: no van a quedar pobres si lo hacen.  La segunda, y esta es crucial, es que muevan su inmenso poder económico, y sus conexiones regionales y en los grandes Estados del mundo, para salir cuanto antes de una dictadura que no solo no defiende a la población de la pandemia, sino que –insólitamente—usa la pandemia contra la población.

Este es el “Mensaje a la nación” que correspondería emitir a un centro de altos estudios.  No sorprende, por tanto, que el que han publicado suscite enormes sospechas e insatisfacción ciudadanas.

3 comentarios sobre “Un mensaje ciudadano al Incae sobre su “Mensaje a la nación”

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  1. Ya sabemos quienes somos y cómo pensamos. Los del INCAE son los mismos dinosaurios ligados al poder, a la dictadura. Nos quieren dar atol con el dedo.. sino es la dictadura, son los dizque intelectuales bilingües.. Gracias por tu escrito!

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  2. Muy bien dicho.
    Verguenza debería dar a Bolaños/Artavia….jamás se podrán resolver ni la crisis sanitaria que se nos viene encima, ni la injusticia criminal con la que convivimos mientras este en el poder esta banda de delincuentes.

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  3. En momentos de vacios de liderazgo correcto , la nacion necesita orientacion conjunta de que hacer …aun de como defenderse del propio estado que tambien nos agrede !! Aparezcan unidos en un solo Comite de Emergencia que presione ayuda economica para que los mas necesitados puedan estar en sus casas mientras pasa el peligro de contagio …. Medicos, Sector Privado, Sociedad Civil e Iglesia…Este es el momento !! S.O.S NICARAGUA ( el estado promueve la pandemia ) !!

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