Marzo 30 de 2020
Presento aquí algunas preguntas a Félix Maradiaga y a quienes en la oposición oficial se han unido –súbitamente–a su llamado a una «tregua política» con la dictadura.
Estas preguntas tratan de ir al fondo del asunto, no quedarse en la superficie, donde flotan las palabras bonitas y los discursos ambiguos. Al fondo, que es donde se esconden los detalles, y donde el diablo arregla su covacha:
1. ¿La tregua que proponen incluye posponer cualquier esfuerzo para intensificar las sanciones contra la dictadura?
2. ¿Y qué pasa si la pareja genocida les dice: «está bien, nos «unimos» a ustedes contra la pandemia, pero ustedes tienen que exigir el fin de las sanciones»?
3. ¿Se ven ustedes sentados en una «mesa» con Rosario Murillo, Porras y Arce, coordinando «acciones de emergencia» para combatir la epidemia?
4. ¿Quién daría las órdenes, o es que se imaginan que «entre todos» van a tomarlas, y que la dictadora en funciones va a ceder su poder, y permitir que un opositor, digamos, por ejemplo, Félix Maradiaga, o Lesther Alemán, «dirija orquesta» con ella?
5. ¿Qué les hace pensar que, de repente, la política Coronavirus de la Murillo va a pasar de carnavalesca a racional?
6. ¿Van a dar instrucciones al público conjuntamente? ¿Van a aparecer al lado de quienes tendrían entonces que llamar Presidente, o Vicepresidenta, para citar un formalismo, de los tantos con los que legitimarían a quienes han llamado–y el pueblo continúa llamando– genocidas, criminales, ilegítimos, etc.?
7. ¿Y qué va a pasar cuando todo acabe? ¿Van a decir, «ahora volvemos a la lucha contra la dictadura»?
8. ¿Y terminada la emergencia, comienza de nuevo la cacería humana del régimen?
9. ¿Y terminada la emergencia, van a ir de nuevo a la OEA a decirles, «ya, ahora sí, sancionen»? ¿Cómo esperan que reaccionen los diplomáticos del continente?
10. ¿Y mientras tanto, los presos?
Estas son preguntas que requieren respuestas honestas y directas de parte de todos los políticos, desde Maradiaga hasta CxL; aclaren que la propuesta de tregua no es solo un disfraz de humanismo para una táctica política de propósito cuestionable.
Quedo a la espera.

Preguntas sin respuesta, la «oposición» nuevamente oxigenando a Ortega-Murillo, hay un viejo dicho: MAS SABE EL DIABLO POR VIEJO, QUE POR DIABLO. Aplica en este caso, el silencio de Ortega ha servido para embaucar y comprar nuevamente a los más estudiados de Nicaragua, Ortega desde su bunker, calla, analiza y en cuestión de tiempo les tuerce el brazo nuevamente, lamentablemente Nicaragua carece de políticos de oposición creíbles.
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