…En el 2018 faltaba un conocimiento crítico, que costó muchas vidas: quiénes son los enemigos de la democracia y del pueblo.
La identificación del enemigo es esencial.
En aquel momento la gente se dejó engañar por el cardenal Brenes y por el gran capital.
Ambos son enemigos de la democracia y del pueblo.
Una vez claro el mapa del terreno, se trabaja para que el odio de la gente hacia la dictadura, y las ansias de libertad, traduzcan la resistencia (que es un acto de la conciencia, y ocurre en las cabezas de todos) en la próxima oleada de rebelión.
Esta vez nadie va a escuchar los cantos de sirena de «diálogo» en la vocecita mañosa de Brenes, ni los llamados a la «negociación» de los agentes del segmento más corrupto del segmento más rico del segmento de herederos-propietarios que se arroga la representación de los empresarios del país; la gente que ha impedido que las presiones internacionales sean más fulminantes.
El día llegará.
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