4 de febrero de 2020
Si vas a contratar a alguien para que cuide tu casa, ¿no te interesa saber si no ha sido ladrón?
Si vas a contratar a alguien para que cuide a tu hija, ¿no vas a asegurarte de que no ha secuestrado o violado?
Si has ido de dictadura a dictadura, de engaño a engaño, de traición a traición, ¿no es sensato someter a prueba de todo aquel que esté en competencia por el poder?
Si has visto caer a miles de tus compatriotas en guerras y rebeliones contra dictaduras que luego fueron seguidas por nuevas dictaduras, ¿no estás advertido ya de lo que puede pasar? ¿No es hora de aprender la lección?
Si has visto a muchos valientes convertirse en traidores, y a muchos libertadores convertirse en opresores, ¿no es hora de dejar de construir pedestales, sino de derribarlos?
¿Te parece prudente dar apoyo incondicional a alguien solo porque ha estado preso, ha combatido heroicamente, o está en contra de tu enemigo? ¿Qué tal te fue la última vez que lo hiciste?
Si has visto la corrupción con tus propios ojos, y has visto cómo algunos ricos se hacen más ricos, y unos cuantos pobres se hacen ricos en el poder, ¿no es hora ya de cortarle las alas a todos, a supervisarlos sin contemplaciones desde un inicio?
Si has escuchado las palabras bonitas, las promesas rotundas, los gritos estentóreos, las bravuconadas a todo pulmón de los políticos, ¿te parece prudente asumir que dicen la verdad?
¿No sería mejor que exigieras a los políticos–especialmente, a los que se dicen amigos o aliados tuyos–que expliquen sus propuestas, que respondan a las inquietudes, dudas y críticas con humildad?
¿Te parece que es «darle gusto a la dictadura» que los políticos que dicen estar de nuestro lado se tomen el trabajo de convencernos, en lugar de adoptar la pose indignada y exigir que nos unamos a ellos en silencio sumiso?
¿No has notado que nuestros políticos amigos no se dignan a dialogar con la ciudadanía que dicen representar, pero corren desbocados a dialogar con el dictador, con políticos de trayectoria corrupta, o con gobiernos extranjeros?
¿No has notado que, al igual que la dictadura, nuestros políticos amigos lanzan campañas de troles, con andanadas de insultos y calumnias, a quienquiera que ose cuestionarlos?
¿No es mejor prevenir que lamentar?
¿No es mejor exigir que pedir limosna?
¿Querés ser libre?

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