El activista democrático Yaser Morazán ha escrito: «Ante la incapacidad y falta de voluntad de planificar, ejecutar y convocar a ejercicios CIUDADANOS, los grupos de oposición formal se pegan como garrapatas ante cualquier suceso de interés cultural, social y religioso, para canalizarlo a su favor 🧐 Ayer fue el COVID, luego los migrantes varados, y ahora los ataques a la iglesia católica. En el circo de #Nicaragua, todo puede servir para el Pan y Circo, tipo el Sandinismo 🤹♂️🎪»
Pienso que el incisivo comentario de Yaser abre un boquete de honesta luz en la pared de esa mentira llamada a veces «Coalición Nacional», a veces «oposición», y cada vez con más frecuencia «oposición funcional». Y deja esto claro: los «políticos» «opositores» hacen de todo menos «política opositora». Ya nos han regalado conferencias mostrándonos la curva del Covid, pidiendo que nos lavemos las manos y pidiendo a la gente (mucha de la cual no puede darse el lujo) que no vaya a trabajar. Ahora rezan, y rezan, y rezan y les duele mucho Nicaragua mientras firman comunicados condenando y condenando. Se les ve muy satisfechos cultivando imagen.
¿Será que no se les ocurre que su papel es lidiar con la causa del problema– la existencia de la dictadura–y no reemplazar a la Cruz Roja o a los grupos de oración?
A mí su conducta me huele al peor fariseísmo. O peor, porque lo suyo es además una maniobra de espera para poder quedarse tiesos, como camaleones humanos, cerca del árbol del que esperan les caiga en las manos la fruta madura del poder.
Que otros sacudan el árbol. Ellos rezarán y se pondrán gabacha blanca y cruz roja en el pecho.
Esta es una verdad que no se dice lo suficiente. ¿Por qué? En buena parte porque hay complicidad de medios de comunicación controlados por los controladores y cómplices de los «políticos». Pero mientras haya gente que quiera y pueda atreverse a decir lo que se ve con solo abrir los ojos, habrá esperanza.
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