31 de octubre de 2019
En primer plano de la foto, el Tenor, chigüín del genocida; a la derecha, la Diseñadora, hija del genocida; atrás, Gioconda Belli, escritora presidenta del PEN Nicaragua. En otras fotos de este evento, Juan Sebastián Chamorro, Mónica Baltodano, Chano Aguerri, y hasta (lamento verlo y decirlo) Violeta Granera y la Dra. Vilma Escorcia. Había también otros funcionarios de la tiranía, diputados, diplomáticos, etc..
¿Qué decir de esto? Pues que #NadaEstáNormal, excepto que en los corrillos del poder y la farándula #TodoEstáBien.
Hay presos y hay privilegiados, luchadores y aprovechados, turistas gastos pagados, y hay exilados con hambre, y torturados. #TodoNormal, #TodoEstáBien, #TodoEsCordialEnLosCorrillosDelPoder
Y una vez más, antes de echarse uno a llorar; antes de darse por irremediablemente confundido, viene Enrique Santos Discépolo a explicarnos. ¡Qué sería de las ciencias sociales sin su Cambalache!:
«Vivimos revolca’os en un merengue,
y en un mismo lodo
todos manoseados.
Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor;
ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador.
Todo es igual, nada es mejor;
lo mismo un burro que un gran profesor.
No hay aplaza’os, ni escalafón
los inmorales nos han iguala’o.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que si es cura
colchonero, rey de bastos
caradura o polizón.»
Tal vez por eso las élites nicaragüenses se muestran tan pacientes, tan dispuestas a esperar y tolerar a quienes han cometido un genocidio y usurpado los derechos de la gente. #LaGenteQueNoFueInvitadaAlJolgorio.
Tal vez la respuesta esté en las fotos. En el mejor de los casos, demuestran una gran insensibilidad ante la tragedia.
El diario La Prensa demuestra eso y más, o mejor dicho, peor. Convertido en órgano oficial del pactismo y de la continuidad oligárquica-autoritaria, relata en un tono de satisfacción provinciana que el embajador anfitrión habló de «diálogo» como el método para solucionar la crisis, a «su atenta audiencia nicaragüense que estaba captando el mensaje».
Seguramente dirán los distinguidos invitados que estaban ahí porque «había que estar». Seguramente que habrán decidido soportar el tedio, el vino tinto y la adorable compañía de tanta gente buena, todo por la causa: #SOSNICARAGUA. Y si hay algún simplón que no lo entienda, a lo mejor sea porque la envidia le nubla los sentidos.
Francamente, #YoNoQuieroAndarConEsosLobos. #QuienConLobosAndaAAullarAprende. #AlertaMuchachos
Francamente, #ElCambioNoEstabaEnLaEmbajada
Francamente, todavía creo en la ética. #ÉticaNoEsUnHashtagPopularEnLaManada
Francamente, prefiero apostar por los que siguen en resistencia. #ResistenciaEsOtraCosa.
«Siglo veinte, cambalache, problemático y febril.
El que no llora, no mama, y el que no afana es un gil.
Dale no más, dale que va,
que allá en el horno nos vamo’a encontrar.
No pienses más, siéntate a un la’o,
que a nadie importa si naciste honra’o;
que es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata o el que cura,
o esta fuera de la ley.»

Muy buen artículo, hay tanta verdad en lo que significan esas fotos, esas reuniones, esas desiciones.
Los costos políticos que nos quieran hacer pagar estos pseudo opositores son demasiados altos, no podemos seguir ese rumbo.
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No estoy de acuerdo. Yo fui invitado pero no fui. Esa fue decisión personal pero no estoy de acuerdo, cuando viene una misión diplomática alemana en dejarle la cancha al Gobierno. Los alemanes van a reportar el discurso de Daniel Ortega ante el Embajador de la Unión Europea (incluida Alemania) y por contraste el recibimiento civilizado de la oposición. Ausentarse es perder la oportunidad de decirle a los parlamentarios europeos la verdad y no permitirles escuchar solo un lado. Lo cortés no quita lo valiente.
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Pues, en efecto, Norman, no estamos de acuerdo.
Abajo explico un poco más mi punto de vista.
Me parece errado no tomar en cuenta que el régimen no es siquiera una dictadura «corriente», sino que el país ha caído en manos de una pandilla criminal cuyo desdén por la vida y conducta ante la ciudadanía poco dista de la de los nazis. Por eso, aparecer ante los europeos junto a esta gente en una recepción es alimentar el espejismo de que puede llegarse a un acuerdo, de que si tenemos fricciones es por algún problema de comunicación, de que con la dosis adecuada de «influencia civilizadora europea», podremos «entendernos» entre «nosotros», un «nosotros» que incluye a los genocidas y a sus víctimas. Es decir, quienes asisten a esta función hacen daño al pueblo de Nicaragua, restan credibilidad a nuestra denuncia de que en Nicaragua se vive una situación de Gulag, con la sociedad entera convertida en un campo de concentración. Quizás los asistentes al convivio no vivan la situación de esa manera…
Por otro lado, aparecer ante el resto del pueblo junto a los nazis locales en una recepción que para la mayoría luce distante, luce a «business as usual» en las alturas del poder, es un acto de insensatez política, que–si uno asume que todos estos políticos son racionales–solo la escasez de empatía y la cultura arrogante y autoritaria de la clase política puede explicar.
Saludos cordiales,
Francisco Larios
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